El trabajo de voluntariado siempre ha sido una
vocación que he querido desarrollar, que se ha convertido en realidad al poder
hacer este servicio en Red Deporte y Cooperación durante un año, en los
programas de colaboración junto a Cáritas Madrid, y el Centro de Acogida al Refugiado (C.A.R.)
en Alcobendas.
En el primer centro pasábamos las tardes estudiando, haciendo las tareas en
inglés, francés, matemáticas, ciencias y entreteniéndonos haciendo
deporte al aire libre, talleres de manualidades, realizando actividades
lúdicas, jugando, charlando y enriqueciéndonos mutuamente. Se puede aprender
mucho de los niños y dándoles amor uno tiene el sentimiento de recibir el
doble. La experiencia de trabajar con otros voluntarios ha sido muy buena,
compartiendo nuestro conocimiento de trabajo junto a la población infantil y
vulnerable de Madrid, pudiendo entender y sentir el significado de las palabras
de San Juan Bosco: ´No basta amar a los niños, es preciso que ellos se den
cuenta que son amados´.
En el C.A.R. en Alcobendas hacíamos sesiones de yoga, Pilates y bailes con
los residentes. Participaban residentes cuyas edades iban de los 4 hasta
los 65 años. Como actividad deportiva y física, me ha resultado muy
satisfactorio realizar estas sesiones al ver cómo la gente avanzaba y sentía
el efecto beneficioso tanto físico como mental, de las actividades
desarrolladas. Además organizábamos salidas para la gente, con propósito de ir
conociendo mejor la ciudad y la provincia de Madrid. También hemos realizado diversas actividades
de salidas a la naturaleza que brindaban mucha calma a los chicos y
jóvenes que participaban.
Ha sido un año muy valioso como experiencia vital que me ha aportado mucho, al
estar llena de retos, vivencias buenas, y otras no tanto, pero de las que he
aprendido bastante. Me siento muy agradecida y enriquecida de vivir el
encuentro con personas diferentes en todos los sentidos, lo que ha hecho
ampliar mis horizontes.
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