jueves, 10 de febrero de 2011

Año Internacional de los Afrodescendientes


Este año 2011 ha sido declarado por Naciones Unidas como Año Internacional de los Afrodescendientes. Según la resolución adoptada el año pasado por la Asamblea General de la ONU, esta celebración tendría como objeto fortalecer las medidas nacionales y la cooperación regional e internacional en beneficio de los afrodescendientes, fomentar el pleno uso de sus derechos y promover un mayor respeto y conocimiento de su cultura.

¿A qué personas nos referimos? Aunque descendientes de africanos hay en todos los continentes, hablamos sobre todo de las personas descendientes de africanos que viven en América Latina, unos 130 millones de personas, equivalente al 35% de la población iberoamericana. Se les ha llamado afroamericanos, afrolatinos, negros… El término afrodescendientes es el que parece hoy más políticamente correcto y fue acuñado en Chile en 2000. En el fondo son todos eufemismos, porque hablamos de descendientes de esclavos.

Durante los últimos años muchas voces han llamado la atención sobre el hecho de que han sufrido discriminación en sus propios países. Hace pocos días tuvo lugar en la sede de la revista Mundo Negro un seminario sobre este tema, y en él escuchamos al doctor Guillermo Ponce, presidente de la federación de Afrohispanos, un médico cubano que reside en España desde 1997. Señaló que de 5000 parlamentarios que hay en toda A L sólo 50 son afrodescendientes. También dijo que sólo el 2% de los negros en Colombia van a la Universidad. Según el doctor Ponce, en muchos países de América Latina entre los negros hay tasas más elevadas de analfabetismo, haymás población reclusa y menor representación en cargos políticos. No han falta do incluso casos de gobiernos que no han reconocido su presencia, como ocurrió en Argentina hace algunos años con el presidente Carlos Ménem, quien llegó a decir: “En Argentina no hay negros. Aquí no tenemos ese problema”.

Hay porcentajes desiguales. Se calcula que representan un 30% de la población de Cuba, 60% de la de Brasil, 5% en Honduras. Hay países donde son mayoría, como es el caso de Haití, y también de la República Dominicana, aunque en este último país durante varias décadas en la época de Trujillo (años 30 a 60) se luchó contra la inmigración de haitianos ya que se quería “blanquear” la población.

Ha habido avances significativos en los últimos años. Por ejemplo, algunos gobiernos de América Latina tienen secretarías de Estado para velar por los derechos de poblaciones indígenas y afrodescendientes. Y en Brasil tienen un ministerio de igualdad racial.

Pero no se trata sólo de hablar de exigir derechos, sino también de reconocer las aportaciones valiosas que estas poblaciones han hecho a la historia de Iberoamérica. No podemos olvidar a figuras pasadas y contemporáneas como San Martín de Porres, el poeta Nicolás Guillén, Bob Marley o el jugador de fútbol Pelé. En el español que se habla allí hay palabras de origen africano, y han quedado vestigios de religiosidad africana en realidades culturales como el candomblé y la santería cubana. Tampoco se puede olvidar que los libertadores de América Latina lucharon con soldados negros para conseguir las independencias. Cuando éstas llegaron había disminuido la población negra, porque muchos murieron en el campo de batalla.

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