martes, 11 de enero de 2011

El sur de Sudán vota por su independencia

El domingo 9 de enero comenzó el referéndum en el que los sudaneses del sur decidirán si quieren independizarse de sus vecinos del norte. La consulta –que durará una semana- es parte de un acuerdo de paz que el régimen de Jartum y los rebeldes sudistas del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán (SPLA) firmaron en 2005 después de casi dos décadas de guerra. Aunque el año pasado se temía que el camino a este plebiscito podía truncarse con una vuelta a la violencia y que Jartum haría todo lo posible para descarrilar o retrasar el proceso, las últimas semanas han dado paso al escenario más optimista posible. El presidente sudanés Omar el Beshir visitó Juba (la capital del sur) el pasado 4 de enero y declaró que su gobierno –aunque favorable a la unidad- respetará el resultado de la consulta si éste es favorable a la independencia.
Nadie duda de que la inmensa mayoría de los sudaneses del sur dará el sí a la secesión. Para que el resultado sea válido hace falta un mínimo de un 60% de participación. Las autoridades del sur del país y Naciones Unidas se han volcado para que, a pesar del poco tiempo disponible, se asegure la participación de los tres millones y medio de votantes registrados. No es fácil organizar una consulta electoral en 3.000 puntos de votación en un país con una tasa del 85% de analfabetismo y con apenas 50 kilómetros de carreteras asfaltadas.
Si todo marcha según lo previsto, los resultados deberían conocerse a principios de febrero. Si el resultado es la independencia, como todos esperan, se abrirá un periodo de transición el 6 de febrero y el 9 de julio sería la fecha oficial de declaración de independencia.
Según el censo realizado hace año y medio, el sur de Sudán, compuesto por diez estados, tiene 8 millones de habitantes (de un total de 39 millones de sudaneses), casi todos ellos negros y de religión cristiana o animista. Medio millón viven en el norte –árabe y musulmán- pero muy pocos se han registrado para votar, por miedo a represalias. El gobierno de Jartum ya ha dicho que si el sur opta por la independencia los sursudaneses que vivan en el norte perderán el derecho a la ciudadanía.
La convivencia entre las dos poblaciones ha estado siempre marcada por el conflicto, por los intentos den norte de islamizar al sur. De 1956 a 1971 el país vivió su primera guerra. Tras un acuerdo de paz alcanzado en Addis Abeba, el sur gozó de una cierta autonomía hasta 1983, año en que el gobierno de Gafar El Nimeiri impuso la Sharía o ley islámica. El sur reaccionó con una rebelión liderada por el coronel John Garang, quien se puso frente del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán (SPLA , en siglas inglesas). Esta segunda fase de la guerra se cobró al menos dos millones y medios de muertos, provocó el exilio de al menos un millón de personas y dejó el sur del país sumido en la miseria más absoluta. La guerra concluyó en enero de 2005 con un acuerdo de paz, que ambas partes firmaron tras tres años de negociaciones bajo mucha presión internacional.
Desde entonces uno de los puntos más polémicos ha sido el reparto del petróleo, cuyos yacimientos se encuentran en el sur pero en zonas que lindan con el norte. El acuerdo de paz de 2005 fijaba el reparto a partes iguales entre el norte y el gobierno semi-autónomo del sur, pero no ha habido manera de verificar si esto se ha cumplido, como recientemente ha señalado la ONG Global Witness. Muchos creen que el sur sólo ha recibido el 15 por ciento. Una de las zonas más ricas en hidrocarburos es la región en litigio de Abyei, donde durante los últimos años ha habido enfrentamientos armados. El mismo día que se inicia el referéndum la población de esta zona deberá decidir, en una consulta paralela, si quiere ser parte del norte o del sur.
Red Deporte y Cooperación ha llevado a cabo un proyecto educativo en la localidad sursudanesa de Tonj, en colaboración con los Salesianos, congregación a la que también ha apoyado con dos micro-proyectos en Juba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario