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viernes, 5 de julio de 2013

Mi experiencia en Zambia


Mi trabajo como voluntario en City of Hope se centró fundamentalmente en el centro denominado Auxilium Training Center alojado dentro del propio recinto. Se trata de una escuela donde se prepara a jóvenes de la zona en tareas que pueden servirles para la obtención de un futuro empleo. En el curso en el que yo participé se impartieron asignaturas como Communication Skills, Catering, Tailoring, Information Technology. También se ofrecieron otras asignaturas complementarias como First Aid y Deportes.

Yo me ocupaba del curso de Information Technology. Esta asignatura se ofrecía como una enseñanza específica para los  alumnos interesados y como un complemento de otras enseñanzas como Catering o Tailoring. Los grupos quedaban configurados de la siguiente manera:

  •             I.T. Group: un grupo de ocho alumnos (6 chicas y 2 chicos) de edades entre 17 y 20 años. Solamente alguno de ellos había tenido contacto con un ordenador anteriormente y casi todos habían acabado las enseñanzas secundarias (Grade 12).
  •       Tailoring Group: un grupo de 25 alumnos (24 chicas y 1 chico) cuyas edades eran muy variadas

Impartía las clases en el laboratorio de informática que contaba diez ordenadores perfectamente  operativos. Todos ellos eran fruto de diversas donaciones así que la primera tarea a realizar fue revisar todos los equipos que había almacenados. Se seleccionaron los que mejor funcionaban y así se establecimos  el laboratorio. Sin embargo estos ordenadores no tenían conexión a Internet.
El Tailoring Group es un grupo bastante numeroso de mujeres fundamentalmente, de edades muy dispares y con un escaso interés por la informática. Dado que la informática era una asignatura totalmente complementaria para ellos, no le dedicaban el esfuerzo que merece. En una de las reuniones mensuales que teníamos los integrantes del Auxilium comenté este problema, Sister Rycharda, directora del centro, explicó que muchas de las chicas que asisten a las clases por supuesto nunca han visto un ordenador en su vida; y que lo consideran una herramienta para hombres lejos de sus posibilidades laborales. Algún taller con este fin sería de lo más productivo, y el deporte es una vía inmejorable donde se puede educar en estos valores.

El grupo de informática era un grupo que específicamente había elegido recibir el curso de informática con lo que su predisposición era muy favorable a la enseñanza. No obstante quiero remarcar que si el ambiente de trabajo en la clase era el correcto, no sucedía lo mismo cuando el lugar de trabajo debía ser su casa. No en muchas ocasiones se les encargó que realizaran alguna reflexión sobre lo aprendido en su casa y el resultado no fue el esperado; o simplemente no hubo resultado. Esto puede deberse a que asocien la labor docente exclusivamente al centro docente, con lo que reducen el aprendizaje sólo al tiempo de la clase. No hay que obviar que muchos de los alumnos no disponen apenas de tiempo, ya que su situación familiar no se lo permite. Por ejemplo una alumna vivía con su padre, hermanos y tíos; siendo ella la única mujer. Se tenía que ocupar casi exclusivamente de las tareas domésticas ya que los hombres se quedan al margen de esto normalmente.

De aquí salto a la otra actividad que realizaba en el Auxilium que era Educación Física. Una hora a la semana le dedicábamos y tuvo una buena acogida. Contábamos para ello con las instalaciones deportivas de COH (pistas de voleibol, de netball,  de baloncesto y de fútbol). El plan a seguir era cada día realizar un deporte distinto para no centrarnos exclusivamente en el fútbol, que es sin discusión; el deporte preferido. La clase se estructuraba en dos partes: la primera donde trabajábamos aspectos técnicos y tácticos del deporte que nos ocupara ese día; y la segunda un partido donde poder poner en práctica lo aprendido. Algo muy sencillo y funcional. En voleibol o netball, deportes en los que no tengo experiencia, alguno de los alumnos se encargaba de preparar algún ejercicio para la primera fase de la clase, algo que resultó muy satisfactorio ya que fueron especialmente chicas las que se ofrecieron como voluntarias (no sin vacilar al principio) para desarrollar.

Continuando con mi experiencia deportiva fuera ya del Auxilium Training Center, todas las semanas teníamos un día de actividades deportivas con las chicas del Gart, además de varias competiciones los fines de semana. Los sábados solían venir unos veinte chicos de la zona, de entre 13 y 20 años a jugar al fútbol o al baloncesto. También se organizó un torneo contra otros equipos de la zona del que salió victorioso City of Hope. La pista de fútbol que sin duda es la que más demanda tiene, no está muy desarrollada. Es de tierra y tiene algunas piedras y, contando con que muchos de los usuarios juegan descalzos puede ser peligroso. Casi todos los días había algún pequeño corte en el pie. Por lo demás el ambiente era genial y acogedor, los chicos pasan allí la tarde del viernes, sábado y domingo relacionándose entre ellos y con las chicas de City of Hope.


Miguel era voluntario de Red Deporte y Cooperación en Zambia, enviado por la Junta de Castilla y León.


¿Cómo ayudar?

Puedes ayudar nuestro proyecto en City of Hope haciendo un donativo. Con el dinero recaudado Red Deporte podría comprar equipamiento, ropa deportivo etc. para los niños en Zambia. 

My experience in Zambia


My work as a volunteer at City of Hope was focused in a center, within the same complex, called Auxilium Training Center. It’s a school where youngsters from the area can gain new skills, to enhance their future employment opportunities. In the course that I participated, subjects like Communication Skills, Catering, Tailoring and Information Technology were taught. In addition to the core subjects, First Aid and Physical Education were part of the school week.

My duties
I was in charge of the Information Technology class, which was offered to the Catering and Tailoring students and anyone else that showed special interest. The groups were divided as such:

  • I.T. group: a group of 8 students (6 girls and 2 boys) aged between 17 and 20 years. Only a few of them have had previous computer experience and almost all of them have finished secondary school (12th grade). 
  • Tailoring Group: a group of 25 students (24 girls and a boy) whose ages were very varied.

I gave classes in the computer lab, which was equipped with 10 working computers. The computers were given to City of Hope by several donations. My first task was to setup the computers and erase previous data. Unfortunately, the computers do not currently have access to the Internet, but still provide a good basis for teaching basic computer skills.

The tailoring group was predominately formed of women of various ages. Many of the women in the tailoring group had little interest in learning computer skills, as they considered it a tool for men, and for many it was also the first time they had seen a computer.

My experience with the I.T. group was very different, as it’s a group that particularly wanted to participate in this class. Nevertheless, it is hard for the students to study after school, as many of the students don’t have any free time due to their family situation. For example, one of the pupils is living with her father, brothers and uncles, and being the only woman at home she has to take care of the whole household, as men don’t typically deal with domestic tasks.

However, it seems that sport and physical education provides a useful tool to transmit values and promote gender equality.

The other activity that the center organized was Physical Education. We dedicated one hour per week to formal PE lessons and I can tell they were greatly appreciated. The PE lessons, which included Volleyball, football and handball, were conducted at City of Hope’s sports facilities.

Each week we practiced a different sport, to avoid focusing solely on football, even though that’s the most popular sport in Zambia. Every class had two parts. During the first part we focused on the technical and tactical aspects of the sport, and then during the second part we played a game, putting into practice what they have learned during the first part of the class.

In volleyball and netball, sports that I have no experience in, some of the students helped me out, preparing activities for the first part. It was a big success given that girls - who were hesitating at the beginning – helped me voluntarily in the implementation of the activity.

On weekends we had different sporting competitions. On Saturdays 20 boys, aged between 13 and 20 years, from the area visit the City of Hope to play football or handball. City of Hope also participates, with great success in championships organized by other teams in the area. 

The football pitch, which has undoubtedly the most demand, is not in the best condition. The pitch has many stones, which can be quite dangerous, as many of its users play barefoot. Nonetheless, the atmosphere was nice and friendly, the boys spend Friday afternoon, Saturday and Sunday at City of Hope, getting to know each other and the girls from center. 

Miguel was a Sport and Cooperation Network volunteer in Zambia, sent by the Castilla y León “Youth Solidarity” program. 

How to help
You can help support the City of Hope project, by making financial or inkind donations. The money received will help supply, sports equipment, footwear etc… 

miércoles, 13 de febrero de 2013

Los niños de Boulembe


Los niños son niños en todas partes del mundo.
A primera vista, tal vez no siempre dé esa impresión:  cuando llegas a Boulembe, comunidad en el Este de Camerún en la que se encuentra Red Deporte y Cooperación, y ves niñas de 6, 7 u 8 años vendiendo buñuelos o fruta en lugar de ir a la escuela; o cuando te fijas en su ropa completamente desgastada, o sus zapatos rotos (si tienen). No se parecen en absoluto a los niños que uno se imagina.

Pero hoy es jueves. Y saben que los jueves es el “día del balón”, el día del deporte. En cuanto aparecen los monitores de Red Deporte, cambian sus caras y se van todos corriendo al patio de la escuela, donde suelen jugar. Saltan, gritan, saludan, se empujan, se pelean, se abrazan…

Cerca de 100 niños están atentos e impacientes por jugar, se quitan las sandalias rotas, y se ponen a correr detrás del balón descalzos sobre el polvo rojizo.

Las niñas forman sus equipos. Hoy son 4 equipos de 5, suficientes para hacer un mini-campeonato de fútbol. No todas entienden las reglas aún – una agarra el balón con las manos, otra corre en dirección contraria. Pero todas participan, y todas quieren participar.

Como en todos los patios del cole, a veces los niños se cuelan en los partidos de las niñas, les tiran del pelo y se ríen. Las más grandes se defienden, con una patada o un empujón. “¡Aquí es solo equipo de niñas!”.  
Y como en todos los patios del cole, están los tímidos, los líderes, los graciosos, los atrevidos, los competitivos o los curiosos.

“Antes de ir a la escuela, friego los platos, barro la entrada y limpio la casa”, me cuenta una niña de unos 8 años, con una sonrisa en la cara y el balón en la mano, lista para jugar.
Aunque a veces no lo parezca, los niños son niños en todas partes.

La mayoría no lleva zapatos, pero correr no les hace daño. No lloran cuando se caen, y no se quejan del terreno desnivelado que da una clara ventaja a un equipo frente al otro.
Pronto tendrán un verdadero campo de fútbol para jugar, además de una cancha de voleibol y de netball. Pero hasta entonces, se conforman y disfrutan.


Más información sobre el proyecto de Red Deporte en Camerún.

Maira Cabrini es colaboradora de Red Deporte y Cooperación. Actualmente está trabajando en su proyecto de cooperación en Bertoua, Camerún.  

The children of Boulembe


Children are children in every part of the world.
At first, it may not always seem so: when you get to Boulembe, a village in Eastern Cameroon, where Sport and Cooperation Network is working, and you see 6, 7 or 8-year old girls selling fritter or fruit instead of going to school; or when you see their worn out clothes, or their broken shoes (if they have any). They just don’t look like what children should.


 But today is Thursday.  And they know that Thursdays is “ball day”, it’s sports day. As soon as Sport Network monitors appear, their faces change and they run out to the school court, where they usually play. They jump, they shout, they wave, they push each other, they fight, they hug…

About 100 children are watching, impatient to start playing. They take their broken sandals off and start running after the ball, barefoot on the reddish dust.

The girls form their teams. Today they are 4 teams of 5, enough to play a mini football championship. Not all of them understand the rules yet  - one grabs the ball with her hands, another runs in the wrong direction. But they all participate, and they all want to participate.

Like in every school ground, sometimes the boys get in the way of the girls’ games, pulling their hair and laughing. The older girls defend themselves with a kick or a push. “This is the girl’s team!”

And like in every school ground, you can find the shy ones, the leaders, the funny, the daring, the competitive or the curious.

“Everyday before going to school I wash the dishes, sweep the floor and clean the house”, an 8-year old girl tells me, with a smile on her face and the ball in her hands, ready to play.

Although it doesn’t always seem so, children are children everywhere.

Most of them don’t have shoes, but running doesn’t hurt their feet. They don’t cry when they fall, and don’t complain about the uneven field that gives a clear advantage to the other team.
Soon they’ll have a real football field to play on, as well as a volleyball and netball court. But until then, they make do and enjoy.




More information on our project in Cameroon.

Maira Cabrini is a Sport Network collaborator. She is currently working on a cooperation project in Bertoua, Cameroon.